Las damas de honor, o bride’s maid, son las personas de confianza que la novia elige para su gran día, puede ser la hermana, una amiga, una prima, una cuñada… en general, una persona cercana a ella que le ayude durante la planificación de su boda.
Se dice que antiguamente solían ir de blanco, al igual que la novia, con la misión de confundir a los malos espíritus que pretendiesen arruinar la ceremonia, pero en la actualidad sus funciones son enteramente prácticas como organizar la despedida de soltera, ayudar a la novia en la elección de su vestido nupcial y los zapatos, colaborar eligiendo la música, las flores y demás temas de la propia celebración de la boda, hablar con los invitados, repartir el arroz o las flores para lanzarlas a los recién casados…
No existe un número determinado de damas de honor, aunque dicen que es costumbre que vaya en proporción al número de invitados a la boda, algo así como 1 dama de honor por cada 50 personas aproximadamente, pero no es una ciencia exacta así que la última decisión la toma la novia.
Su vestido lo elegirá la novia acorde a sus gustos y todas las damas de honor, en caso de haber más de una, deberán llevar el mismo color, que normalmente son tonos suaves como el lila, rosa, melocotón, azul… pero eso depende enteramente del gusto de la novia, y el corte podrá variar según la figura de cada una ya que es muy probable que las damas de honor tengan figuras muy dispares y la idea es que todas estén cómodas y se vean guapas.
Cada vez más chicas se animan a seguir esta moda de estilo un tanto hollywoodiense, porque sin duda contar con damas de honor facilita mucho las cosas a la novia, ya que no sentirá que todo el peso de la boda está sobre sus hombros y podrá delegar y disfrutar de su gran día como se merece. Así que si vas a casarte ¡no olvides elegir a tus bride’s maid! 😉